viernes, 29 de agosto de 2008

La vestimenta del siglo XX



La necesidad de vestirse surge en el hombre de las cavernas, para combatir las inclemencias del tiempo, y para ello cazó animales y se abrigó con sus cueros o pieles.
Las modas son cambiantes, pero cada vez más se busca la comodidad y la simplicidad, aunque en la historia de la indumentaria se han usado mantos, jubones, casacas, túnicas, uniformes, monos, trajes, vestidos de cola, taparrabos, etc, según la cultura y las costumbres de cada región y época.
Se estima que el telar existe desde hace unos siete mil años. En la Edad Media comienzan a realizarse tejidos de punto y mallas.
Para llegar a la vestimenta, se fueron produciendo los siguientes pasos: fabricación y preparación del hilo en husos, tisaje, baño de apresto, armado de conos, enrollado o bobinado, tejido, teñido, estampado, hechura del género, confección de la prenda.
En los finales del Siglo XX y en el presente Siglo XXI, la actividad de las madres en el campo laboral, que dejan menos tiempo para las tareas hogareñas, ha hecho que encuentren una solución para las ropas de los chicos en las fibras artificiales, que no necesitan cuidados especiales. La vestimenta infantil se fue haciendo más cómoda y práctica. A mitad del Siglo XX, el vienés Walter Artzt, realizó una prenda para bebes, cómodo y práctico, de una sola pieza, el pelele, o enterito, con prendedura que permitía cambiar los pañales sin desvestir al lactante y que fue adoptado posteriormente por todas las mamás.
En cuanto a la ropa de la juventud, en los años 40 comenzaron a aparecer las prendas unisex.

En fin…..bueno la vestimenta nació cuando ya estaban los caníbales y se abrigaban con abrigos de pieles de animales, produciendo una gran necesidad de vestirse, y fue muy haber creado una de las maneras para poder andar comodamente.

viernes, 15 de agosto de 2008

LA ECONOMIA Y CULTURA DE LA REGION DE LA ARAUCANIA

Los conquistadores trajeron productos y especies nuevas (ganado, trigo, vid, árboles frutales, etc.), los que junto a los cultivos autóctonos (maíz, papas y porotos, entre otros) alcanzaron a fines del siglo XVI una producción que satisfacía las necesidades de consumo de la población de Chile.
Sin embargo, la actividad económica más importante de este siglo fue la minería y esta se concentró en la explotación de los lavaderos de oro, como Quila coya y Madre de Dios, ubicados al sur de Chile, por lo que su explotación estuvo supeditada al desarrollo del conflicto con los indígenas. Pero pronto la fiebre minera se detuvo debido al abandono de los lavaderos ubicados en territorio indígena y, lentamente, se fue dando paso a las ganancias que se generaban en las estancias con las actividades ganadera y agrícola.
Del ganado se obtenían varios productos, como el charqui, el cuero y el sebo. Este último era el principal producto de exportación, pues se empleaba como materia prima para la fabricación de velas.


En este mismo siglo, la estancia se fue transformando en hacienda, y esta fue conformando una segunda etapa económica del período. La tierra empezó a adquirir un alto valor, lo que llevó a ocupar más terrenos cultivables. A partir de 1680 el trigo adquirió gran valor, pues una plaga arruinó las cosechas peruanas. Entonces Chile se transformó en el granero del Perú, y poco a poco la agricultura fue desplazando a la ganadería.
La minería durante el siglo XVIII resurgió, gracias a la consolidación del comercio externo, siendo el principal producto la plata y luego el oro. Esto contribuyó, en gran medida, a aumentar la fortuna de la clase alta de la época y, a través del impuesto llamado quinto real, ayudó a España a financiar, parcialmente, sus gastos en Chile.
El comercio exterior, desde la conquista, se realizaba solo entre España y América, utilizando un sistema de flotas y galeones, cuya base era Sevilla. Las naves se dirigían al Nuevo Mundo y al aproximarse a Las Antillas se dividía en dos grupos. Uno navegaba hacia los puertos de Cartagena (Colombia) y Porto bello (Panamá). El otro se encaminaba hacia Veracruz (México), para luego ir a La Habana (Cuba), donde finalmente se reunían todos para partir rumbo a Europa. Los mercaderes debían dirigirse a estos puertos a realizar sus transacciones. Por lo general, los comerciantes chilenos se entendían con los peruanos para que estos.

Bueno en fin...mi opinión acerca de la economía y cultura de esa época era buena en la región de la Araucanía, ya que los conquistadores trajeron nuevas especies de alimentos, aunque lo más importante fue la minería ubicados en nuestro sur de Chile.